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Los perros sí hablan, pero sólo con aquellos que saben cómo escuchar.
- Orhan Pamuk-

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La vida es como una rosa: cada pétalo es un sueño y cada espina es una realidad.
– Alfred de Musset –

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La luna esta llena de miradas que se perdieron en ella buscando una respuesta.

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Los lazos no sirven
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Los lazos no sirven

 La historia se repite de nuevo, dos mujeres asesinadas por sus parejas. De nuevo concentraciones, condenas y lazos morados. 

Estos hechos suceden tan frecuentemente que las concentraciones y las muestras de rechazo van perdiendo su fuerza, no porque cada vez nos manifestemos menos sino porque han pasado a formar parte de nuestra rutina.

Hay veces que veo con cierta preocupación como las concentraciones de repulsa se convierten en un desfile de lazos morados, pancartas y gritos con consignas coreadas por grupos de personas sonriendo y en un ambiente festivo.

Veo con perplejidad imágenes de mujeres portando una pancarta que reza "No estamos todas, faltan las asesinadas" al mismo tiempo que ríen o portan una cruz con el texto "Basta nos están matando" en una actitud más propia de una romería. ¿De verdad creéis que esto es una romería o una fiesta? Este tipo de imágenes pueden verse habitualmente y sólo basta buscar en internet "Marcha contra la violencia de género". Como muestra una fotogalería publicada en El País con motivo del día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer Fotogalería del periódico El País o esta imagen de la I marcha contra la violencia de género en Valencia Marcha contra la violencia de género.

No digo que esas personas que acuden a las manifestaciones no estén implicadas en la causa de la lucha contra la violencia pero de verdad que cuando yo pienso en el sufrimiento silencioso de miles de mujeres no tengo ganas de fiesta ni de risas.

Algo, por no decir casi todo, debemos estar haciendo mal  cuando las cifras de la violencia de género no se reducen.  

Es cierto que la parte más visible de esta lacra es la violencia hacia la mujer por parte de su pareja masculina pero no creo que haya que reducirlo a este ámbito ya que también debería contemplarse la violencia que existe sea cual sea el sexo de los afectados y sus verdugos.

Se están invirtiendo gran cantidad de recursos pero es más que evidente que no es suficiente. No creo que la clave esté en incrementar los recursos sino en un uso quizá más racional de ellos.

La educación y la información son fundamentales pero ¿acaso carecía de ellas la médico asesinada esta semana?. ¿Qué lleva a una mujer madura, formada, con independencia económica a obviar las señales de maltrato?. ¿Qué recursos se deberían haber empleado para evitarlo?.

Bastante tienen las víctimas con sobrevivir pero quizá la mentalidad tiene que cambiar para que ninguna pueda llegar a víctima, cambiando la actitud de nuestra sociedad hacia lo que en lugar de  amor es posesión, no es protección sino control.

En muchas ocasiones, el abandono de un trabajo poco gratificante para dedicarse al cuidado del hogar, o la renuncia a uno con más exigencia en cuanto a dedicación con la finalidad de conciliar lleva a las mujeres a una situación de dependencia económica que a la larga puede hacer que una pareja controladora lo utilice como medida de presión.

Quizá parte de las agresiones que hay en la actualidad se deban también en parte a que todavía estamos en un proceso de recolocación de roles. La mujer sumisa que hace un tiempo callaba y sabía "llevar" a su marido ha dado paso a otra que intenta reivindicar sus derechos. Mujeres que han callado durante décadas pueden encontrarse que su pareja no acepte de buen grado esa repentina rebelión en el seno del hogar. 

Cualquiera que sea la causa, mi esperanza es que dentro de no mucho tiempo las personas puedan decidir libremente con quien comparten su vida y que la base de esa relación sea el respeto mútuo.

Por ahora, lamentablemente seguiremos viendo lazos morados. Yo por mi parte no pondré lazos mostraré mi profunda tristeza con una vela por cada una de las dos últimas víctimas: María del Pilar C. P. y Dolores L. R.