Esta semana el deporte español ha dicho adiós a Blanca Fernandez Ochoa. Las circunstancias de su muerte han dado pie a especular con su vida personal, algunos medios han entrado en detalles que a mi modo de ver no deberían importar a nadie pero en este caso quizá si puedan servir para que reflexionemos sobre algunas cuestiones.
Los éxitos deportivos de Blanca la llevaron durante años a ser una heroína nacional en un país ávido por tener ganadores pero detrás de ese mito hay una persona con sus alegrías y problemas, con sus fortalezas e inseguridades.
No entro aquí a valorar si se debe o no cuidar más a los exdeportistas, la cuestión es que independientemente de lo famoso o anónimo que hayas sido detrás de cada persona que piensa que no puede seguir adelante hay un fracaso colectivo.
Siento tristeza porque la sonrisa de Blanca se haya apagado y nunca más pueda compartirla con su familia y todas esas personas cercanas que la conocían. Descansa en paz en esas montañas que tanto amabas.