El 31 de diciembre de 2019, la Comisión Municipal de Salud y Sanidad de Wuhan (provincia de Hubei, China) informó sobre un agrupamiento de 27 casos de neumonía de etiología desconocida con inicio de síntomas el 8 de diciembre, incluyendo siete casos graves, con una exposición común a un mercado mayorista de marisco, pescado y animales vivos en la ciudad de Wuhan, sin identificar la fuente del brote. El mercado fue cerrado el día 1 de enero de 2020.
El 7 de enero de 2020, las autoridades chinas identificaron como agente causante del brote un nuevo tipo de virus de la familia Coronaviridae, que ha sido denominado SARS-CoV-2. La secuencia genética fue compartida por las autoridades chinas el 12 de enero.
De esta forma se recoge en la página web del Ministerio de Sanidad de España la información inicial de la alerta en China. Desde la primera información referente al virus hasta la fecha han pasado apenas 3 meses, pero la sensación es que ha pasado mucho más tiempo.
La cronología de la expansión del coronavirus a lo largo del mundo está suficientemente bien documentada en organismos oficiales, así que no repetiré las fechas y cifras. En lo que si quiero centrarme es en la cronología de la información que se ha dado a los ciudadanos, en cómo se ha transmitido, qué se ha querido entender, cómo ha influido todo ello en la expansión del coronavirus y cómo finálmente hemos sufrido una cura de humildad.
Enero de 2020, en España, recién acabadas las vacaciones de Navidad , se volvía al trabajo con los buenos propósitos de Año Nuevo, esos que se repiten año tras año y se quedan en el cajón de cosas pendientes. Las noticias que hablaban de China y un misterioso virus eran ajenas a nosotros, enfrascados en nuestras actividades diarias. Algunos, al inicio, comentaban en tono sarcástico “Si es que como los chinos comen cualquier cosa, les puede entar de todo”. Mientras, poco a poco los medios de comunicación cada vez se hacían más eco de esta información. Para algunas personas el hecho de que una potencia como China, que no destaca por su transparencia, se mostrara realmente preocupada, ya era un signo de preocupación. Y en esto no se muy bien la razón pero en la mayoría de los medios de comunicación, al menos esa fue mi impresión, de repente pareció que la consigna fué no dar noticias que alarmaran. Por una parte se mostraban las imágenes de los hospitales construidos en Wuhan en tiempo record, el cierre de toda la actividad en la ciudad y los hospitales que no daban a basto y al mismo tiempo se repetía hasta la saciedad que era “una gripe”. ¿Cuándo se ha confinado toda una ciudad por una simple gripe?. Increiblemente, los ciudadanos que veían, escuchaban o leían esas noticias seguían repitiendo que era como una gripe. Craso error por parte de los medios de comunicación no haber dado información más real, error por parte de los ciudadanos el no haber analizado esa información y haber sacado sus propias conclusiones y gravísimo error por parte de algunos profesionales sanitarios que acudían a los platós de diferentes cadenas para explicar que era como una gripe un poco más fuerte que sólo era un poco peligrosa para las personas mayores con patologías previas. Y digo gravísimo error porque cuando la OMS ya en su comparecencia diaria avisaba de que no se comparara a una gripe porque no lo era, algunos médicos continuaron confundiendo a la población con su mensaje.
Es cierto que es un virus nuevo, del que se desconoce casi todo y que día a día desconcierta a los propios sanitarios, pero obviar los mensajes de la OMS, cuando avisaba de forma insistente en que no era una gripe, no era un ensayo y los paises no estaban haciendo lo suficiente para contener la epidemia fue una irresponsabilidad por parte de los gobernantes y de algunos sanitarios.
¿Cuántos sanitarios menos se habrían infectado si se les hubiera avisado de que no era una gripe?
A pesar de la facilidad con la que se constataba que se contagiaba, los gobernantes se preocuparon más de no alarmar y continuar con normalidad, y los ciudadanos, confiados en tener una sanidad pública a prueba de todo tachaban de agoreros a los que avisaban de la irresponsabilidad que era viajar a zonas de riesgo. El egoismo humano se mostaba en su máximo esplendor cuando la gente pensaba que sólo afectaba gravemente a las personas mayores, sin pensar ni por un momento que ellos podían ser los responsables de contagiar a esas personas mayores.
Las autoridades hicieron mal no avisando a la población del peligro real, que entonces ni de lejos se podía prever que fuera tan grave, pero se sabía que existía. Así, se permitieron o propiciaron concentaciones masivas. Es cierto que no había datos objetivos para pensar que el virus conviviá con nosotros y había ya muchas personas contagiadas, pero siendo precavido se deberían haber limitado y haber informado a la ciudadanía de que era algo muy serio, no sólo morían personas mayores o con patologías previas, también morian personas jóvenes y sanas. Sin duda este mensaje que ya transmitía la OMS le hubiera llegado quizá a esos irresponsables egoistas que se consideaban a salvo y se podían permitir viajar o acudir a todo tipo de actos. Es cierto que las personas que quisieron enterarse de la verdad lo hicieron, no hacía falta más que acudir a fuentes oficiales y ver las cifras sin maquillaje.
Respecto a la actuación del gobierno, creo que ha fallado en la previsión y sobre todo en la comunicación. Las medidas de aislamiento que se tomaron, que otros paises si tomaron cuando tenían menos afectados que España, era imposible haberlas tomado antes. Nadie hubiera entendido que se confinara la población antes de tener victimas mortales y unos niveles de crecimiento alarmantes. El primer día de cierre de colegios todavía había personas indignadas por ello, sin querer darse cuenta de la gravedad de las situación.
Visto todo lo que ha ocurrido es fácil culpar al otro, pero creo que en todo este drama todos somos un poco culpables, los medios de comunicación, el gobierno y los ciudadanos.
Sería bueno que se sacaran conclusiones y aprendieramos. Como ciudadanos quizá el aprendizaje mas grande es que debemos aprender a pensar por nosotros mismos, analizando las noticias que nos llegan y por supuesto no actuar de froma egoista e irresponsable como se ha actuado pensando que sólo le puede tocar a otro.